ARTRONICA II 2004
Muestra Internacional de Artes electrónicas.
INVITADOS
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Francia
Jean-Paul Fargier nació en
1944, es videoartista, realizador de cine y
televisión, periodista, escritor, crítico de arte y cine. Considerado uno
de los pioneros del videoarte en Francia, produce su obra desde principio
de los setenta. Tras más de 20 años de trayectoria artística, Fargier se ha convertido en una referencia ineludible
dentro del movimiento videoartístico y televisivo
internacional.
En su faceta como periodista ha colaborado con Tribune Socialiste (1967-1970), Cinéthique (1968-1973). Les Cahiers du Cinéma (1978-1990), Le Monde(l980-1997), Libération (1982-1983), Art press (1986-1998); y actualmente
en Trafic, Vertigo, CinémAction, Turbulences Vidéo y Les Acharnistes.
Entre sus publicaciones se cuentan Atteinte à la fiction de l'état (1978), Les bons à rien (1980),
Jean-Luc Godard (en
colaboración con Jean Mollet, 1974) y Nam June Paik (1989).
Dentro de su amplia y constante producción pueden destacarse, entre otras, El
arca de Nam June (1980), La escalera de Joyce,
instalación-espectáculo (1983), Tócala otra vez, Nam (1990), Trinidad: las doce del mediodía (1991), Besar a Fanny (1993), Man Ray el Señor 6 Segundos (1998),
Se ruega tocar (2000) y Cocteau y Cia. (2003).
Actualmente es profesor de cine y televisión en la Universidad París 8, a
la que se encuentra vinculado desde 1970, y prepara una publicación para el
2005 titulada Un ensayo sobre Bill Viola.
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Conferencia: Video: ¿Veo yo? o ¿Juegos voces?
PRESENTACIÓN DE LA OBRA DE JEAN-PAUL FARGIER
MIÉRCOLES 6 DE OCTUBRE DE 2004
3:00 P.M.-5:00 P.M.
SALAS MULTIMEDIOS, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO
ACTIVIDAD GRATUITA ABIERTA AL PÚBLICO
Hago video en lugar de cine, debido a que un día el
cineasta que más admiraba me dijo como Jesús a los pescadores de Tiberíades a quienes incitaba para que se volvieran sus
discípulos: "Deja tus redes (o sea tus películas, mis películas, las
películas de ellos, todas las películas), toma esta máquina, sígueme".
Eso ocurría en el otoño de aquel famoso año de 1968, después de una
primavera caliente y un verano melancólico, y el Mesías a cuyo mensaje no
me resistía se llamaba Godard. El evangelio según
Jean-Luc se predicaba encima de una maleta
bautizada "magnetoscopio", conectada por un cable a una caja
rectangular llamada cámara (¡eso era una cámara!). El parlapack,
primera grabadora de imágenes y de sonidos, transformó mi vida. Pasé
enseguida de la imitación de JHS a la de JLG. Había ¡do a entrevistar a mi
ídolo sobre una película que había hecho durante el verano acerca de los
acontecimientos de mayo, la revuelta estudiantil, las ocupaciones de
fábricas, la huelga general, "Una película como las demás"... El
ya estaba más lejos: en la experimentación de la contrainformación.
Grababa programas de la televisión y los pirateaba, cambiando aquí un
sonido, allá una imagen, lo que producía crítica inmediata. A veces un
amigo, Gérard Fromanger, o algunos estudiantes de
una escuela privada de cine fundada por Noel Burch,
participaban en las manipulaciones.
El video le permitía a uno apropiarse del poder de comentar la actualidad con
la misma velocidad de la televisión. Más rápido que los noticieros
cinematográficos que alimentaban cada semana las salas oscuras con noticias
estereotipadas, el video podía difundir un punto de vista distinto del de
la televisión oficial con el mismo ritmo que ésta, día tras día. Hacia las
ocho de la noche, en el momento del Journal televisé (noticiero), en la sala trasera de la librería Maspero,
rué Saint-Séverin (calle de San Severino), el contranoticiero de Godard le
prendía un pequeño contrafuego a la propaganda gubernamental. Cincuenta
personas se salvaban de la descerebración diaria. Pocos, desde luego, pero
entre estos jóvenes, convencidos de antemano del mensaje político, que
venían más para ver a Godard el Payaso darles una
tunda a los policías del pensamiento que para aprender algo, ¿cuántos se
convirtieron en apóstoles del médium que permitía esta acción fulgurante,
casi instantánea? En todo caso, mi vocación tiene sus raíces ahí. Y no creo
ser el único para quien el deseo de otra práctica de las imágenes y sonidos
empezó con este contacto.
Después de unos años ocupados en seguir las huellas de las luchas en
Francia dentro de un grupo de vídeo militante (Les cent fleurs - Las cien flores), hacía yo solo ejercicios de deconstrucción.
Titulaba mis manipulaciones Notes d'un magnétoscopeur (Notas de un videograbador). Hay una
decena de éstas. Consisten todas en extraer imágenes del flujo televisual y
cogerlas por la garganta para que escupan sus mentiras. Con base en la
primera, Christophe Colomb découvre la Russie,
(Cristóbal Colón descubre Rusia), mi intervención consistía en general en
pegar un contrasonido sobre las imágenes robadas.
O al contrario, contraimágenes sobre el sonido
captado. Aquí, estoy mezclando ambas técnicas: la voz de Léon Zitrone, el comentador
oficial de todas las ceremonias televisadas, pasa del espectáculo de un
desfile del ejército soviético en la plaza Roja un día de aniversario de la
Revolución de Octubre (¡increíble! En aquella época del final de la guerra
fría, la televisión del Estado francés transmitía en directo todo este
castigo) a las imágenes de este mismo ejército invadiendo Praga en agosto
del 68, bajo las pedradas de una población asqueada, traicionada,
revoltosa. Abajo los revisionistas, abajo los traidores de la Revolución:
no tenía yo necesidad de decirlo, los checos lo expresaban ellos mismos con
las manos desnudas. Para insistir aún más se me ocurrió la idea de volver a
filmar el desfile de la plaza Roja colocando mi cámara invertida arriba
frente al televisor: así los soldados soviéticos caminaban sobre la cabeza,
lo cual era una metáfora del derrocamiento, contrarrevolucionario que tenía
el poder en Moscú. Una canción de Ivan Galitch ahogaba, al final, la fraseología almibarada
del presentador complaciente. ¡Le corté la voz a Zitrone! Galitch, poeta, dramaturgo, actor, cantante,
compañero de Eisenstein y de Meyerhold,
acababa de exiliarse en París. Armand Gatti y su
tribu, empezando por Héléne Chatelain,
lo habían acogido en forma generosa. Fueron ellos los que me facilitaron
esta grabación clandestina, que era un cásete samizdat. Gatti, el gran Gatti, estrella de los teatros
populares de los años cincuenta y sesenta, se había dedicado también al
video. Muchos grupos le apostaban al medio electrónico, liviano, autónomo,
barato. Nos ayudábamos, nos prestábamos imágenes, sonidos.Feministas,
izquierdistas, ecologistas, internacionalistas habían encontrado en el
video el arma ideal. Nos asociamos para fundar una cooperativa de difusión: Mon ceil ! (expresión
francesa que significa: ¡no te creo!).
Mi última nota de un videograbador, Park et Beauviala font des affaires, confirma mi conversión al arte
video. Lo había descubierto en Nueva York en 1973, en la Kitchen, pero no me había trastornado, más bien yo me
había burlado. Cuando presencié las demostraciones de Nam June Park en el Centro Americano de París unos años más tarde, quedé
deslumbrado y decidí cambiar de práctica. Empecé en los Cahiers du Cinema (Cuadernos del Cine) la crónica de esta aventura. Fue inaugurada
con una entrevista a Park. Me volví su amigo. Seguí sus trabajos con mucha
atención. Escribí un libro sobre su obra, y después me pidieron que le
dedicara una película. Paik el Beauviala font des affaires
(Park y Beauviala hacen negocios) fue grabada durante
una comida en mi casa, donde presenté el inventor del arte video al
inventor de la "Paluche". Esta cámara
minúscula que utilizaba para filmarlos había sido creada por Jean Pierre Beauviala, ex-ingeniero de Eclair (laboratorios de cine) y luego fundador de Aaton,
que estaba revolucionando la técnica de tomas cinematográficas (con el
tiempo marcado en el negativo). Cámara de control al principio, "La Paluche" había sido adoptada por los
videograbadores, que apreciaban su definición fina y su maniobrabilidad. Mi
grupo tenía una. Cuando Park la descubrió aquel día, hizo de inmediato una performance
sorprendente, un autorretrato masturbatorio.
Filmé este gesto y este encuentro histórico... Y después me dediqué a otra
cosa.
Al principio de los años ochenta empecé con Philippe Sollers un trabajo sobre su literatura. Líder del
grupo Tel quel (Tal cual), Sollers siempre me había fascinado. Y desde hacía algún tiempo, sus lecturas de un
texto larguísimo, titulado Poradis (Paraíso), que
empezaba siempre después de una conferencia, me encantaba. Esta performance
me parecía adecuada para someterla a la prueba de una espectacularización más grande. Le propuse hacer una puesta en escena en un decorado
electrónico, siguiendo el ejemplo de lo que acababan de hacer en el Centre Pompidou el poeta músico Bob Ashley y el videograbador
John Sanborn, secundados por un pianista y dos
actores. Sollers, quien había visto trabajar a
Ashley y lo admiraba, me dijo: "De acuerdo, lo vamos a hacer
mejor". El Centre Pompidou, por intermedio
de Alain Sayag, aceptó el proyecto. Y durante
diez noches seguidas vimos a Sollers leer ya no
diez minutos de su texto sino 70 minutos, rodeado por imágenes creadas para
esta ocasión (de París a Venecia) y colocadas alrededor de él como un
rosetón. Dos imágenes del círculo, de las cuales una pasaba por un "colorizador", transmitían el evento en directo. Un
año después, Sollers grabó su texto en un estudio
frente a tres cámaras y yo hacía el montaje en directo de mis
"ilustraciones" diseñadas para esta lectura. Tenía la impresión
de hacer el último JT (Journal Televisé =
noticiero televisado), aquel que precede o que sigue al Apocalipsis. No
creo haberlo hecho mejor que mi amigo Sanburn,
quien ejecutaba en directo una partitura visual magistral y luego compuso
en estudio cintas de una riqueza prodigiosa, pero estoy seguro de que Sollers mismo se robaba el show mejor que nuestro
modelo (norte) americano gracias a una potencia verbal inaudita mantenida
por la nonarratividad de su texto, que era como
un comentario incantatorio atravesando los siglos
y las culturas con la velocidad de la luz.
Triunfo de la voz... Después de Paradis (Paraíso) y otras aventuras con Sollers (Jérusalem, Diderot, Picasso, Kirili,
etc.) me dediqué a trabajar con voces, convencido de que su impacto era
fundamental en la invención de una obra de video. El video seguía siendo teleexperimental y la televisión básicamente radio con
imágenes, por lo que el trabajo de las voces era el nervio de la guerra. Y
eso lo sigo creyendo. He hecho oír a Joyce y su Finnegan's Wake; he hecho oír a Armand Robin,
poeta poliglota, anarquista de la gracia, he hecho oír a Vicente Huidobro,
visionario chileno, rival izquierdista del comunista Neruda como Bretón lo
era en Francia frente a Aragón; he hecho oír a la torre Eiffel como una
"colmena de palabras"; he hecho oír a Nam June Park en sus tierras coreanas; he hecho oír el jazz de un escultor
"swingando" con un baterista (Alain Kirili/Roy Haynes), he hecho
oír a Godard y Sollers discutiendo sobre de la virginidad de María y de los encantos de Venus
durante 75 minutos sin parar... Era la época en que producía yo mismo mis
juegos de video (me gustaban mucho los trucos, los efectos especiales y no
me privaba de ellos) con la complicidad de unas instituciones culturales
subsidiadas bastante bien equipadas (bibliotecas, mediatecas, casas de la
cultura tenían material semiprofesional y esto
nos bastaba).
Luego llegó la época en que me pidieron hacer "lo mismo" para la
televisión pero sobre temas distintos, temas que yo ya no podía escoger.
Por ejemplo, en lugar de divagar sobre Joyce y sus textos incomprensibles
con Cage, Sollers y
algunos otros joycianos menos conocidos, me
proponían trabajar sobre las Choses vues (Cosas vistas) de Víctor Hugo con el actor Michel Piccoli. Eso no se puede rechazar. Cincuenta videoclips
literarios de ocho minutos para celebrar el centenario de la muerte de
Víctor Hugo: esto fue mi bautizo hertziano. Nunca había trabajado en
televisión y firmaba un contrato para un trabajo de ¡seis horas! Después me
llegaron los pedidos uno tras otro. Me convertí en un realizador de
pedidos. Para canales culturales. Desde hace 20 años he realizado alrededor
de 50 programas pedidos y cada vez menos proyectos personales.
Pero ¿qué es un pedido? Es un tema (un nombre, una pregunta) resaltado en
una programación. Tengo que inventarme cómo tratarlo. Sigo siendo el dueño
de las formas, de los grandes rasgos y de los pequeños detalles. Únicamente
el tema se me escapa. Pero muchas veces me conviene, hace parte de mis
preocupaciones. Así trabajé sobre Cézanne, pero
Degas me habría gustado también. Trabajé sobre Versalles pero Chambord no me habría disgustado. Me han dicho:
"Toma Man Ray".
Lo tomé, pero habría tomado también a Brassaí. La
suerte me regaló a Martial Solal,
Portal me habría encantado pero ya lo habían tomado. El origen del mundo, Poussin, Goya, Rodín, Chaissac, el enriquecimiento de Orsay, Cocteau, los objetos surrealistas, este carnaval u
otro, premios Nobel, Derrida e incluso Airbus: no
rechazo nada. Me gustan los desafíos: resolver problemas de transmisión de
saberes evitando el aburrimiento de la pedagogía barata. Uno siempre se las
arregla para divertirse en el camino, para añadirle voces al coro, experimentar
trucos, diseñar formas, inventarse dispositivos, escribir comentarios
insólitos, pedir músicas inéditas (a Solal para Cocteau, a Steve Lacy para Rodin), dirigir actores (me aproveché de la moda del
documental-ficción), en pocas palabras, de invertir lo que aprendí en la
época del arte video e incluso del video militante... Dirigirse a cientos
de miles de personas, o a millones; la meta justifica sacrificar los deseos
personales. Y además la paga no es tan mala, aun cuando cada año toca
trabajar más para ganar lo mismo...
A veces peleo y me llevo la palma, aceptan una de mis propuestas: Tardieu, Mallarmé, Péguy, Malaparte... pero no es frecuente, cada vez es menos
frecuente. El poder pertenece, casi sin compartirlo, a aquellos que tienen
las llaves de la programación. Así es el trabajo de la televisión, y que
ande el barco donde me considero más un pañolero que un oficial de
cubierta. Pero en la sala de máquinas uno sabe quién es aquel que pone a
andar el barco de las voces...
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Altazor
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1988, 75' – CORREALIZACIÓN JUAN FORCH
El poema de Vicente Huidobro declamado por centenares de chilenos
(voluntarios espontáneos encontrados en la calle).
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Cocteau et Cíe. (Cocteau & Cía.)
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Jean-Paul Fargier
Francia, 2003, 52'
Poeta-dibujante, Cocteau fue un retratista
feroz, sin piedad ni para él mismo ni para sus contemporáneos. De rasgo
en rasgo pasa toda una vida, y se edifica toda una obra.
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Kirili-Haynes Jam Session
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1993, 12'
El escultor Alain Kirili y el baterista de jazz
Roy Haynes en dúo en un loft-taller
de Nueva York.
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Le carnaval de Nice
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 2004, 52'
Exploración de la historia del Carnaval de Niza en el momento donde llega,
por estarse clonando a sí mismo, a un cambio biocrítico.
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Man Ray
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1998, 52'
Evocación de la obra del gran fotógrafo surrealista.
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Notes d' un magnétoscopeur (Notas de un videograbador)
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1979-1980, 46'
Pirateo de programas de televisión con miras a criticarlos mediante
improvisaciones electrónicas.
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Paradis vidéo (Paraíso video)
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1981-1984, 60'
Puesta en trama de una lectura por el propio Philippe Solers de su libro Paraíso (Paradis).
Un torrente de palabras apocalípticas incrustado en un río de imágenes.
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Play it again. Nam
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1990, 28'
Retrato-balance del papá del arte video, el coreano Nam June Park, rodado en Seúl, Nueva York y Cincinatti.
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Robin texto
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1986-87, 28'
Homenaje al poeta políglota Armand Robin, quien hablaba más de 20 idiomas. Como
traductor dio a conocer a poetas de muchos países. Es apenas justo que,
con motivo de esta película, sea traducido en estos idiomas extraños.
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Tour Eiffel
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 1989, 3'20"
Entre 20 homenajes a la catedral de Eiffel que tuve que solicitar con
motivo de su centésimo aniversario, he aquí el mío, inspirado por Huidobro,
quien la consideraba una "colmena de palabras", debido a las
antenas que lleva en la cima.
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Versailles, les jardins du pouvoir (Versalles, los jardines del poder)
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JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 2000, 52'
Documental-ficción que permite visitar los jardines de Versalles con el
propio Rey Sol como guía. Con el actor Denis Podalydés,
del Teatro de la Comedia Francesa (Comédie Française).
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La piel sobre la mesa
PRESENTACIÓN SELECCIÓN VIDEO FRANCÉS,
VIERNES 8 DE OCTUBRE DE 2004
3:00 P.M. - 4:30 P.M.
SALAS MULTIMEDIOS, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO
ACTIVIDAD GRATUITA ABIERTA AL PÚBLICO
Me gustan los videos donde los autores ponen su
pellejo sobre la mesa. Y de éstos cada vez hay más. Es cierto que los
videastas siempre han hecho eso y, al constatarlo, Rosalind Kraus, estrella de la crítica de arte de Nueva
York, sacó en los años setenta la conclusión de que el vídeo adulaba al
narcisismo. Para nada, querida. Los videastas que se graban no actúan así
para su propia complacencia, sino por valentía. Es más bien una posición de
combate. Contra la televisión y contra el arte oficial.
Grabarse es, primero que todo, una respuesta a la
manera como la televisión fabrica celebridades a la lata. De las firmes,
así como de las fofas. Las firmes son esas que ocupan permanentemente la
pantalla, esos animadores y presentadores (as) que vuelven cada semana,
incluso cada día al mismo lugar, con la misma fórmula en los labios. Y las
fofas, esas que se saca por unos minutos del fondo del canasto, del fondo
del escenario, para exponer a plena luz las pequeñas singularidades
(desgracias, manías, récord) de sus oscuras vidas. Cuatro frases... tres
gestos, dos mímicas, una salva de aplausos interrumpida rápidamente y chao.
Frente a este circo de pacotilla, nosotros, espectadores a todos los
niveles, no dejamos de reaccionar. Riendo en un primer nivel, criticando en
un segundo, parodiando en el tercero y escupiendo o cambiando de canal en
el enésimo. Hacemos eso en las salas, comedores y habitaciones de nuestras
casas. Somos los campeones de la crítica de alcoba. Nosotros los miles,
millones de consumidores de pastillas visuales, de caramelos audio. Se
habla a menudo de la pasividad de los telespectadores: es falso, ellos no
se dejan engañar. Es sólo que tienen reacciones primarias -pero saludables-
de defensa. Al lado, en medio, arriba, abajo, surgen rebeliones más
inspiradas, más tenaces, más mordaces, más delirantes. No se contentan con
dar la voz únicamente en privado. Videastas que, arriesgándolo todo, toman
por asalto la fortaleza y atacan a la tele con las armas de la tele.
Simulan programas que existen, imaginan otros que no
existen, como lenguas viperinas piloteando el absurdo. Y pagan con su
propia persona: dan la cara como presentadores, exponen su caso (sus
vicios, sus virtudes) como estrellas aficionadas.
De esta manera, llevan al sistema al extremo. Del lado
de la infamia. Imitan el directo, remedan el diferido, desfiguran los
géneros, amplifican la mezcla de todo. Juegan con sus voces, con sus manos,
con sus pies, con sus sexos, con sus rostros. A los yos adulterados que
invaden los hogares, ellos oponen un ego desnudo. Trabajado a domicilio. Su
ego desnudo: palabras al desnudo, imágenes al desnudo, sonidos al desnudo
y, eventualmente, efectos especiales al desnudo. Básicos, ultra-simples.
Vídeos pobres contra una tele rica, no hay duda.
Grabarse es también una forma de tomar posición en el
combate que está haciendo furor en el mundillo del arte.
El arte oficial de los museos, de las galerías y del
mercado. Figuración contra culto del objeto. Los videastas, que juegan con
sus cuerpos y ponen su pellejo sobre la mesa de disección, atacan
frontalmente a la "ready madización"
generalizada por el postamodernismo de los
seguidores de Papy Duchamp.
Si se apoderan de objetos es para hacerlos sus socios, no para
objetivarlos. Cuando copian al cine, no es para pedestalizario.
Si mencionan a la pintura, ésta no tiene para ellos nada de cuerpo cerrado.
Y cuando atacan a la televisión, como hemos visto, no es para exponerla
sino para hacerla estallar. ¡Bum! Cuidado con las explosiones. De risa.
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Arc en ciel (Arco iris)
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 2003, 2'
De cómo incrustar en forma natural, sin ninguna manipulación técnica,
un espectro dentro de una imagen. Los aspectos elementales del arte
video aprisionado en su origen: doble espacio dentro de un solo tiempo.
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Berlin (2') ∙ Le marais (1') Moscou (1’30") ∙ Pigalle (1’)
Berlin (2') ∙ Le marais (1') Moscou (1’30") ∙ Pigalle (1’)
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VALÉRIE PAVIA
FRANCIA, 2001- 2003, 5'30"
Cuatro instantáneas insólitas en lugares míticos: una rareza familiar. Tres
enfoques de zoom que se pueden comparar solamente con la técnica
peculiar de los grandes pintores o -dibujantes.
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Bonne nuit (et autres sketches)/(Buenas noches (y otras minicomedias))
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CHRIS QUANTA
FRANCIA, 12'
Humor y autodecisión, pero al estilo del mea culpa sobre el pecho
de los demás. Cuidado con la otra cara de la moneda.
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Bossanovalse et tonnelle atone/(Bossanovals y pérgola
atónica)
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JÉRÔME LEFDUP
FRANCIA, 2003, 5'
Clip que muestra en forma muy humorística los contrastes norte-sur.
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C'est bien la société/(Así
es la sociedad)
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VALÉRIE PAVIA
FRANCIA, 1999, 8'
La artista menciona sus gustos y disgustos. Confesión de una falsa
ingenua, de una verdadera perversa, niña-mujer entre dos siglos.
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Coconut del faro
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JÉRÔME LEFDUP-EXTRACTOS,
COMETARIOS DE JEAN-PAUL FARGIER
FRANCIA, 2004, 4’
Clip latino comiquísimo
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Coups de dés 1 (Golpe de suerte 1 (1’15’’)) Coups de dés 2 (Golpe de suerte
2 (2'))
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 1989 - 1991, 3'15
En blanco y negro o en color, los golpes de suerte video anulan siempre
el azar a través de la racionalidad gráfica.
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Dans l'eau comme en toi/(En el agua como
en ti)
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JEROME LEFDUP
FRANCIA, 1998,3’
Videoclip comprometedor.
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Ecran (Pantalla)
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 1988, 1'08
El arco iris en tu hogar. ¡El progreso no se detiene!
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Electron
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 1986, 2'45
En video, todo electrón puede ser una imagen y toda imagen un electrón.
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Frangins guitar (Guitarra de hermanos)
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JÉRÔME LEFDUP
FRANCIA, 2001, 2'
Clip familiar "para destornillarse de la risa"
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Identités remarquables/(Identidades
notables)
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ANNE-MARIE ROGNON
FRANCIA, 2000, 4' 40"
Sátira en contra del trabajo y el consumo obligatorios.
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In Vidéo Vanitas
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 1995, 3'
Tal vez un ejemplo de la teoría (matemática) de las catástrofes.
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Les attributs du vidéaste (Los atributos del videasta)
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 1999, 4'51"
Suntuosa reflexión sobre los medios y los fines de un arte que no es
arte.
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Origen desconocido
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NOËMIE SJÖBERG
FRANCIA, 2003, 8'8"
El yo como tierra incógnita, isla desierta, viaje interior. Su origen es
un horizonte: mientras más se acerca uno, más se aleja.
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Où est-ce que je pourrais trouver ça?/№2 (¿Dónde podría encontrar eso? № 2(1
'39")) Où est-ce que
je pourrais trouver ça?/№3
(¿Dónde podría encontrar eso? № 3 (4'50")
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ANNE-MARIE ROGNO
FRANCIA, 2000 - 2001, 5'89"
Ensayos de ready made verbal u objeto encontrado surrealista de la miseria en el medio
artístico.
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Pamela pour toujours/(Pamela para siempre)
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ALAIN BOURGES
FRANCIA, 2003, 23'
Celebración obsesiva, pasmada, de la bailarina de Broadway con quien Nam June Park compuso sus primeras incrustaciones
video para Global Groove, primer manifiesto del arte video (1973).
Alain Bourges, 30 años más tarde, firma aquí
como un segundo manifiesto del arte video en el umbral de un nuevo
período de su desarrollo irresistible. Al ritmo de otra música original
que sustituye al rock original, tiene lugar una especie de transfusión
sanguínea analógico/digital. Un corazón nuevo para un cuerpo viejo.
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Pomme Z (Manzana Z)
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JEROME LEFDUP
FRANCIA, 2000, 3'
Videoclip desesperante. Ejercicios de salud mental que permiten
apreciar todo el talento de Jerome.
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Portrait á la bulle/(Retrato con burbuja)
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RICHARD SKRYZAK
FRANCIA, 2002, 1’
El título habla por sí solo.
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Tourner la carte (Voltear la carta)
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ANNE-MARIE ROGNON
FRANCIA, 1999, 5' 50"
Desde el comentario en vivo y en directo hasta el comentario premonitorio,
aspectos positivos y negativos de la vida.
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