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Texto de Santiago Echeverry

 

IV Festival Franco latinoamericano
DE VIDEO ARTE 1995
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Obras colombianas

       
     
   

A CADA CUAL SU ESQUEMA
Ana María Krohne
199
5
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  CANTO SALVAJE
Asdrubal Medina
199
4
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CIRCUITO CERRADO
Jorge Navas
1995

 

DESOLACIÓN
Delio Jiménez
1995

EN EL MONTE NO HAY COMIDA
Harold Rodríguez
1995

 
 

MNEMOSINE II
Gabriela Habich
1994

 

MORPHOS
Miguel de Urrutia
1995

RE (EVOLUCIÓN)
Martín Ocampo
1995

 
 

LAS VENTANAS
Federico Mejía Guinand
1995

 

¡VEO LENTO!
Walter Mauricio Martínez
1995

VIDEO, PASIÓN Y MUERTE
José Alejandro Restrepo
1995



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El video arte en Colombia o las últimas patadas del ahogado
Santiago Echeverry

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En Junio de 1954, la República de Colombia recibió un regalo que cambiaría su historia. El General Rojas Pinilla importó la Televisión de Cuba y de los Estados Unidos, no con el ánimo de promover su régimen dictatorial -lo que demuestra a carencia de visión futurista, o de una mentalidad inteligentemente perversa, sino con el bondadoso fin de entregar un servicio social al pueblo.

Y el revuelo comenzó. Inicialmente la cultura desbordó las pantallas de esa caja que poco a poco se instalaba en las salas de las casas más privilegiadas. Los teleteatros mostraban puestas en escena de obras de Camus, de Sartre, de Shakespeare. Recitales de poesía, conciertos de música clásica, entrevistas con las personalidades de la época.

Todo era lindo y bello, hasta que a finales de los cincuentas la gente de la Televisión comprendió que se encontraba frente aun elefante blanco, demasiado costoso, que merecía un tratamiento de renacimiento.

El esquema de telecomunicaciones más avanzado de la época era el de los Norteamericanos, que ya conocían el éxito de series como « el Show de Lucille Ball « y los «Honeymooners», y las famosas Soap Operas.

Obviamente, fue este el esquema escogido para ser reproducido.

Esquema que sería el caldo de cultivo ideal para eventos como el mundial de fútbol, el reinado nacional de la «belleza» o los discursos presidenciales, o para el nacimiento de las estrellas de la pantalla chica, como Gloria Valencia de Castaño, Aliciadel Carpió (aquien le debemos el extraordinarioy genéticamente marcante "Yo y Tu"), Pacheco, y todos los demás precursores de las «estrellas de consumo» de nuestros días.

El balance hoy en día es preocupante. La calidad se mide sólo a nivel comercial. Las programadoras y los noticieros pertenecen a los grandes grupos económicos del país, lo que hace que en la mayoría de las veces , sus intereses propios prevalezcan sobre la objetividad, y la censura del gobierno y sus representantes se hace presente a todo nivel. Ese medio masivo de comunicación que inocentemente nos legó la dictadura, se ha convertido en el medio de expresión de unos pocos, que rehusan compartir esta ave de los huevos de oro. Lo que debió haber hecho Rojas Pinilla hace 41 años, es lo que está sucediendo actualmente.

Paradójicamente, la primera persona en realizar trabajos independientes en soporte video, como expresión personal y no gubernamental/comercial es hijo de este sistema.

Rodrigo Castaño Valencia, fue la primera persona en realizar un Videoarte en sí, en la segunda mitad de los años setenta.

Alguien que necesariamente creció con la televisión, porque su madre estaba directamente vinculada con su evolución, utilizó este medio como herramienta artística.

Pero no fue el único. Toda una generación de seres pensantes, huérfanos -sin vínculos sanguíneos con este medio- e inquietos, se lanzó a profanar esta caja de sorpresas. Una generación que creció con ese objeto en la sala de su casa, o en la cocina. Una generación que rió con Cuqui, que vio el mundo a través de las gafas de Arturo Abella, que compró - y llenó - el álbum de Pinina.

Una generación que comprendió muy temprano el poder de ese objeto y de esas imágenes visuales y auditivas, y se arriesgó a trabajar con ellas.

Aquí no se puede utilizar el mismo término empleado en los setentas en los E.U de "Guerrilla TV" (cf. Marita Sturken, Revista el Paseante #12), con su lema « haga usted mismo su propia televisión» porque nunca se tuvo acceso a la TV. No existió un movimiento artístico que lo apoyara, y las corrientes políticas vigentes en el país de esa época nunca se preocuparon por las vanguardias en las telecomunicaciones, sólo por libros de colores, o espadas de mitos. Fueron hechos aislados, videos individuales, exposiciones caseras los que hicieron crecer la experimentación con este medio.

Videos, como los primeros de Gilíes Charalambos, que buscaban desmitificar la realidad televisiva. Que se rebelaban contra ese esquema tradicional. Y no es de extrañar que hayan sido las facultades de Bellas Artes lasque recibieron a los primeros videoartistas.

El acceso del vulgo a la técnica y a la realización de Vídeo tuvo su gran auge a mediados de los 80. Como marco conceptual, la Bienal de Medellín funcionaba como un excelente impulso. Y el soporte técnico fue mucho más accesible, gracias a la reducción de precios de los equipos de Vídeo 8, que aligeraban gran parte del trabajo. Empezó entonces el Boom del Videoarte, en la década que nos mostró la agonía y la muerte en vivo y en directo de Omaira, en Armero, la entrada de un tanque de guerra al Palacio de Justicia, la muerte de Luis Carlos Galán, y la elección de Julie Pauline Sáenz como soberana nacional de la belleza. La TV terminó de consolidarse como Poder en el país : el Comunicativo.

Hoy, ya hemos pasado por varias muestras y festivales de Videoarte, por el nacimiento de cátedras de Videoarte en las Universidades, y por que en algunos programas cultu rales de TV se pase u no q ue otro trabajo nacional o i nternacional.

Pero qué ha sucedido con el Videoarte? Se ha internacionalizado, manejando un lenguaje mundial, de fácil acceso para cualquier tipo de cultura. Es así como florecen las imitaciones de Viola, Fargier o Paik, siguiendo los esquemas estéticos que ellos crearon. Proliferan los experimentos con los colores, los efectos, y el trabajo puro sobre la esencia del Vídeo. Se multiplica la producción, y posiblemente un mercado del Videoarte está gestándose.

Perfecto, Videoartes para colgar en la pared del baño, o para que hagan juego con la reproducción de Botero de la sala.

Pero el Marco Referencial del Videoarte es la Televisión.
Por la misma pantalla por la que vemos un Videoarte, podemos también ver la última guerra de moda en directo, o el último videoclip de la cantante de moda. Y por lo que se nos mostró en esa pantalla fuimos capaces de elegir presidente y alcaldes, y fue alguien capaz de matar a un jugador de fútbol por haber hecho un autogol.

Y por esa misma pantalla nos dicen que el país no tiene ningún problema de Derechos Humanos, y que es imposible que el dinero del narcotráfico se infiltre en las venas económicas y políticas del país.

Muy bien: cada cual es libre de crear lo que quiera crear. Pero si por hacer Arte el Video se debe volver lindo, estético y Hueco, es preferible hacer solamente VIDEO , como la piedra en el zapato o como contrapeso en una sociedad extremadamente tele-videizada , y no algo que sólo produce enormes satisfacciones sensoriales y superficiales al espectador, como es lo que se pretende mostrar y promover del Videoarte.